domingo, 5 de noviembre de 2017

Lo otro que pudo haber sido y no fue:

Preparando el experimento de química observaba a mi madre que veía distraída la televisión, pero de pronto su cara cambió y noté un gesto de inquietud en ella, que inmediatamente trató de disimular.
Eso me chocó.
Mientras, preparaba la comida y me hablaba intentando aparentar una calma que no sentía.
Yo que estaba concentrada en mi trabajo de ciencias naturales, no pude evitar la curiosidad. Y como en un juego, me levanté simulando buscar algo para acercarme a ella y ver qué cosa le interesaba tanto.
En cuanto aparecí, apagó la televisión bruscamente y siguió con su cantinela gastronómica.
Era hábil y rápida, pero yo también heredé de ella esas virtudes y, modestia aparte, creo que las mejoré.
Como no quería alertarla, anduve con naturalidad y después de un “no está aquí”, cogí una mandarina y volví a la mesa. El ordenador estaba encendido, así que no me costó buscar el canal de televisión y bajando el volumen .ver qué era aquello que tan atónita había dejado a mi madre.
Entre nosotras no había secretos, por eso mi extrañeza ante ese gesto levísimo que noté y que no era habitual, de ocultarme algo.
¡Y por eso mi cara de sorpresa cuando vi la imagen!.
Allí estaba su primer amor, el chico del que se enamoró siendo una adolescente, compañeros de clase en el instituto. Un muchacho introvertido pero tenaz que aguardó pacientemente hasta conseguir que salieran juntos.
Pero la experiencia no resultó como ella soñó. Su obstinación, su cerrazón le dieron ejemplo de lo difícil que sería la convivencia futura a su lado, no tenía dudas. En una época de alegría y disfrute, para él todo adquiría una dimensión de intensidad que ella no compartía en absoluto.
Conocerlo fue una experiencia dura, él lograba dar un carácter grave a todo cuanto le rodeaba.
¿Qué quedó de todo aquello?
Aprender a decir no, con valentía.
Y así llegado el momento de la ruptura, que no fue fácil, mi madre salió victoriosa de esa empresa y continuo su camino, camino en el que más tarde aparecí yo.
Con el paso del tiempo él entró a formar parte de la vida pública y todo el mundo hablaba de él.
Y visto lo visto apenas había cambiado en este tiempo. Obsesionado con una idea que llevaría a cabo costase lo que costase, contra viento y marea.
Allí estaba el que pudo haber sido mi padre.
Allí estaba el que dejo a mi madre muda durante un segundo.
Proclamando; ….. Cataluña se convierte en un estado independiente en forma de república.
Tristeza y temor.
Después suspiré de alivio por no compartir nada de aquel hombre.
Mi madre desde la puerta, me miraba aún más infinitamente aliviada por la decisión que un día tomó.

Maribel de la Fuente.


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