viernes, 23 de noviembre de 2018


Colores.

Juan estaba sentado con su abuelo. Era una de esas pocas tardes que estaba con él, escuchándole y disfrutando de esas historias que sólo podía contárselas él, llenas del misterio que siempre conseguía llamar su atención de niño con apenas 12 años de edad ...

Abuelo, ¿ que colores tiene para ti la vida?

Pues hijo, colores de banderas, estandartes, que defienden causas ilegítimas o falsamente legítimas. Guerras sin cuartel para cambiar el color o colores de una bandera por otro, por cambiar una bandera tricolor por otra bicolor ... por defender a varios afortunados de sangre color azul derramando sangre de color roja inocente ... colores demagógicos bajos los cuales se defienden causas poco recomendables, aún ahora ...

Colores bajo los que se defienden privilegios de antaño, anacrónicos, totalmente desfasados. Colores bajo los que se rememoran historias viejas mal enterradas, que no interesan a nadie ... o a casi nadie ...

Colores bajo los que están los intereses de algunos sobre los intereses de la mayoría ... mayoría que aún se mantiene aletargada, inerte, sin ser consciente de lo que se dilucida ...

Guerras fratricidas en nombre de banderas o símbolos que a casi nadie dice nada. Enfrentamientos entre vecinos, hermanos, familias, que se ven separados de la noche a la mañana, cada uno en una trinchera, defendiendo algo en lo que creían o creían creer ...

Colores que enfrentan a hombres contra semejantes por no tener el mismo color de piel, sin saber que todos, bajo esa exigua capa, somos más iguales de lo que nos imaginamos ... ¡estúpidos!

Colores bajos los que muchos han padecido. Otros, sin embargo, han acumulado riquezas y otros ... otros se han limitado a observarlo desde la barrera de la indiferencia, aunque ya avisó Bertold Brech de lo que les podía pasar a los indiferentes, aquellos que piensan que nada, o casi nada, va con ellos.

Colores distintos que han provocado odios, miedos, guerras. Colores que algunas veces han provocado diferencias religiosas, de creencias, cuando a lo mejor todos terminan creyendo en un mismo Dios ... ¡que importa la superficie de nuestra piel si lo mejor están en nuestro interior!

Se hizo tarde. El abuelo, apoyando su brazo izquierdo sobre el pequeño, y el otro sobre su fiel perro guía, emprendió el regreso a su casa, intentando controlar las lágrimas de no poder disfrutar de la cara de asombro del pequeño ...

José María Vázquez Recio