lunes, 9 de abril de 2018


POR LA MAÑANA


... por la mañana, me acuerdo de la primera vez que te ví Eras alto, con pelo rubio y rizado, siempre despeinado ... ibas con tu mochila de cuero, llena a rebosar, y que te costaba mucho trabajo llevarla, si no es porque tu madre te acompañaba todos los días ...

... por la mañana, siempre de las primeras en ponerse en fila para entrar. Con tu uniforme pefectamente planchado, y con tu pelo impecablemente peinado. Te llevaba de la mano esa señora, ¿Teresa?. Siempre pensé que no podía ser tu madre, ya que nunca se despidió de ti dándote ese beso reconfortante de primera hora de la mañana, antes de entrar en clase ...

... por la mañana, lo primero que hacías al entrar en clase era dejar tu abrigo colgado en la percha, siempre al lado del mio. Recuerdo que me mirabas a hurtadillas, a ver si me habia dado cuenta de qué lo habías dejado a posta ... con esa mirada cómplice ...

... por la mañana, cuando el profesor aún había empezado a dar su clase, te observaba con el rabillo del ojo, con el deseo de que, aunque fuera un momento fugaz, tus dedos rozaran los míos. Tu amiga, ¿se llamaba raquel, verdad?, te cuchicheaba algo al oido, y me dirigía esa sonrisa dándome a entender que está al tanto de lo nuestro ...

... por la mañana, aunque intentaba que Raquel no se diera cuenta, siempre se me escapaba un pequeño beso que te enviaba en la palma de mi mano, con la esperanza de que me estuvieras mirando en ese pequeño instante de intimidad entre ambos. Y lo único que conseguía es que tus amigos me miraran, posiblemente pensando, "pero que querrá esa ahora con tanto besuqueo ...".

... por la mañana, era ya la hora del recreo, mis amigos insistían en que jugara con ellos. Yo no quería. Sólo me apetecía estar contigo, a solas, para hablar de nuestras cosas. Ellos me insistían, una y otra vez, y no tenía más remedio que irme con ellos. Cuanto te echaba de menos ...

... por la mañana, tal cómo sonaba el timbre del recreo, pensaba que ese podría ser el momento de estar juntos, sin que nadie nos molestara. Raquel insistía en que me lo pasaría mejor con ellas, con sus amigas, y que los niños, a esta edad, no eran interesantes. Pero yo sólo quería verte ...

... por la mañana, tal como terminan las clases, salía corriendo entre todos los niños. Quería salir a la puerta y, aunque fuera sólo un momento, poder hablar un rato a solas, sin que nadie nos molestara .

... por la mañana, al terminar la clase, me íba rápidamente a la puerta de la clase. Quería llegar antes que esa señora que te recogía puntualmente todas las mañanas, y darte un beso fugaz con el que soportar la espera hasta el siguiente día de clase ...

... por la mañana, habrá un nuevo amanecer, y el sol seguirá brillando para todo el mundo, y un poco más para nosotros ...

José María Vázquez Recio

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