Era
un regalo para ella.
O
al menos, eso es lo que creía yo.
Iba
a ser su regalo de cumpleaños.
Los
nervios, las incertidumbres, todo el trayecto que conducía a la meta: la esperada alegría de sus ojos al descubrirlo, el brillo
inequívoco en su mirada.
Prepararlo
como si fuera la primera vez, que es la manera en que yo quisiera
darle todo en la vida.
Regalarle
la ilusión para vivir.
Y
descubrir , una vez más , que preparar un regalo es el verdadero
regalo. Ese viaje que emprendes te devuelve con creces lo que das.
Lo multiplica, lo hace estallar. Es el gozo renovado e intacto que
sigue estremeciendo y haciendo palpitar el corazón, como la primera
vez, como tantas otras veces más después.....
Ese
es el regalo del amor, presente todo el día, todos los días, todo
el tiempo.
Amor
que te devuelvo inspirada por el amor que tú me das, lleno de
fuerza, lleno de sueños.
Y
en este periplo de reflexiones, al que me lleva el pensamiento, en
un paseo imprevisto por la memoria, llega el momento anhelado, llega
el día señalado.
Y
es como intuí. Hermoso.
Como
hermoso fue el instante en que disfrutamos del regalo. Juntas, que
es lo importante.
Conteniendo
la respiración, encontrando la complicidad en el silencio previo al
inicio de la música.
Este
es el verdadero regalo
Esta
travesía que compartimos, esta aventura , estas manos entrelazadas.
Y
la música por fin ya suena......
Te
salgo a buscar..... quimera.... mariposa de papel....
Maribel de la Fuente
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